Por Jordan Robledo

Con el objetivo de garantizar una alimentación saludable, así como mejorar la calidad de vida de las familias rurales, el Programa: “Desarrollo sostenible del ecosistema de montaña mediante la mejora de la calidad educativa pública” conocido como: “Corredor Andino Central” viene implementando 120 huertos familiares en diversos caseríos de los distritos de Chalaco, Santo Domingo y Yamango, en la provincia de Morropón. Esta iniciativa, se desarrolla gracias al trabajo conjunto de la Asociación Civil Fomento de Investigación y Acción para el Desarrollo (FIAD) y la Universidad de Piura (UDEP), con el cofinanciamiento de la Fundación Mainel y la Generalitat Valenciana; y el apoyo de las municipalidades distritales.

Acciones para mejorar la seguridad alimentaria

La instalación de los huertos forma parte de una estrategia que busca reducir los índices de inseguridad alimentaria, mejorar los niveles de nutrición y diversificar la dieta de las familias beneficiarias del programa.

Cada familia beneficiaria ha recibido kits para la implementación de los huertos, que incluyen semillas de verduras y hortalizas como acelga, lechuga, repollo, apio, poro, zanahoria, beterraga, cebolla, tomate, habas, coliflor y culantro; así como herramientas agrícolas como rastrillos, regaderas y mochilas fumigadoras, además de malla raschel, que permite la protección de los cultivos frente a las adversidades climáticas, plagas y animales domésticos.

Para asegurar la sostenibilidad de los huertos, el programa ofrece asistencia técnica permanente y capacitaciones prácticas y teóricas sobre el manejo adecuado de cultivos, control de plagas, producción de abonos orgánicos y riego. Asimismo, las familias participarán en ferias nutricionales, espacios donde no solo aprenderán a preparar comidas y postres saludables con las hortalizas que cosechan, sino que también innovarán en nuevas formas de aprovechar alimentos locales, fomentando una alimentación más variada y nutritiva.

Impacto de la implementación de huertos

Carmen López, responsable de la implementación de los huertos, subraya el impacto social del proyecto:

“Con la siembra de hortalizas buscamos mejorar la nutrición, sobre todo en niños, madres gestantes y adultos mayores, quienes son los más afectados por la inseguridad alimentaria. Ahora las familias tienen acceso a verduras frescas que antes no estaban en su dieta, lo que genera un cambio positivo en su salud y hábitos de alimentación.”

El programa no solo se centra en la alimentación, sino también en fomentar la autosuficiencia y la cultura del autoconsumo, impulsando la economía familiar mediante el aprovechamiento de los excedentes de producción para la venta o el intercambio con otras familias.

Impacto en caseríos del Corredor Andino Central

Los 120 biohuertos están siendo implementados en los caseríos de El Sauce, Pedregal, Huacharí, Lanchepampa, Avelardo Quiñones, Huacapampa Alta, Huacapampa Baja y Cabuyal, en el distrito de Chalaco; Ñoma, El Palto y San Miguel, en el distrito de Santo Domingo; y Coyonayú, La Laguna, Palo Colorado, Cabuyal, Tamboya y La Victoria, en el distrito de Yamango. A pesar de los retos que han supuesto las condiciones climáticas adversas y las plagas de insectos, ya se han obtenido cosechas exitosas de hortalizas como lechuga y culantro.

Deja una respuesta