Productores paneleros de Sícchez, Jililí, El Sauce y Ambasal (Ayabaca) reciben insumos y asistencia técnica para mejorar la productividad y tecnificación de sus cultivos, en el marco de un programa de desarrollo rural sostenible.
Por Nadia Gutiérrez
Este esfuerzo se enmarca dentro del programa “Desarrollo rural sostenible del corredor andino fronterizo con el Ecuador (Sícchez, Jililí, Ambasal y El Sauce, de la provincia de Ayabaca-Piura-Perú) mediante la mejora de la calidad educativa pública rural con equidad, economía familiar, capacidad de gestión institucional de sus organizaciones de base y del gobierno local y revalorización del rol de la mujer en el desarrollo familiar y comunal”. Lo ejecutan la asociación civil Fomento de Investigación y Acción para el Desarrollo (FIAD) y la Universidad de Piura (UDEP).

El programa es financiado por la Generalitat Valenciana y la Fundación Mainel, y cuenta con la participación y el compromiso de las municipalidades distritales de Sícchez y Jililí. En su fase piloto, busca tecnificar al menos 50 hectáreas de cultivo de caña de azúcar, en beneficio de 110 familias organizadas en 10 Asociaciones de Pequeños Productores Agropecuarios (Appagrop). Además, impulsa el fortalecimiento de las capacidades productivas, organizativas y de gestión comercial de los agricultores participantes.
Diagnóstico y fertilización del cultivo
El proceso comenzó con la georreferenciación de las parcelas y un análisis detallado de suelos, cuyos resultados fueron entregados a los productores, con un plan de fertilización personalizado. Esta información técnica permite abordar de manera precisa las necesidades de cada parcela.
Para la implementación del plan, se han distribuido importantes insumos agrícolas orgánicos como sulfato de potasio granulado, fértil orgánico y guano de las Islas, lo que ayudará a los productores a mejorar, significativamente, el rendimiento de sus cultivos.
Asimismo, como parte del acompañamiento integral, se les brinda capacitaciones y asistencia técnica en el manejo del cultivo y la producción de panela.
“Al aplicar fertilizante orgánico al cultivo, la caña de azúcar recibe una mayor cantidad de nutrientes, lo que resulta clave para su desarrollo óptimo. Dado que existen parcelas con más de 10 años de antigüedad, la fertilización adquiere una importancia aún mayor. Este proceso permite que la planta genere más y mejores macollos, lo que incrementa la producción y, en consecuencia, la rentabilidad del cultivo”, señaló el ingeniero agrónomo Jayder Ruiz, especialista a cargo del proceso de tecnificación agrícola.



Riego tecnificado: una apuesta por la eficiencia
Dentro de la componente productiva del programa, se prevé la implementación de un sistema de riego tecnificado en cinco hectáreas como experiencia piloto. Este cambio permitirá aumentar la producción, al optimizar la dotación de agua al cultivo, así como mejorar la eficiencia del riego, reducir la erosión del suelo y aprovechar mejor los fertilizantes orgánicos aplicados.
Con estas acciones, el programa no solo busca mejorar la productividad de los cultivos, sino también fortalecer las capacidades organizativas y de gestión comercial de los productores paneleros, promoviendo así un desarrollo sostenible en las zonas rurales del corredor andino fronterizo.